Travesía, reencuentro personal o lección de vida díganlo ustedes. PARTE II


NO DISPAREN!! ESTAMOS PERDIDOS!! 




Como les contaba, la noche anterior habíamos llegado a la 1:20 am y la dormida fue inmediata, al día siguiente fue cuando comenzó esto a ponerse interesante.


Carimagua es un complejo agrícola en la mitad de la nada, hay unas instalaciones muy bonitas, con casas en mampostería y tienen base militar.



Después de haberme despertado primero que todos, salgo de la habitación, voy hasta la moto y saco un té para fumarme un cigarrillo viendo el paisaje, justo al frente de la casa donde dormíamos, pasa un brazo del Rio Tomo, que más que un brazo de un rio, parece una laguna hermosa donde hay garzas blancas que contrastan con las incontables tonalidades de verde y el sonido de la naturaleza es espectacular.

En el momento cuando que me voy a sentar en un murito de cemento y disponerme a contemplar el paisaje, noto con extrañeza que me estoy sentando sobre algo… me levanto, miro y no hay nada…me muevo unos centímetros e intento sentarme nuevamente….una vez más la sensación se repite y entonces ya me llevo las manos a las nalgas Y VAYA SORPRESA!! Mis sentaderas habían crecido sustancialmente de un día para otro!! Algunas mujeres morirían por lograr esto en tan pocas horas, pero no era un chiste, el motivo de esto??? Los más de 100kms de piedra sentado en la moto, los brazos adoloridos, la espalda comenzaba a hacerse sentir y la tristeza me hizo reflexionar sobre continuar o más adelante tener inconvenientes físicos más graves. 

Generalmente soy muy madrugador y eso lo tienen claro mis compañeros de viaje, así lleguemos tarde, siempre me despierto muy temprano y como la soledad no es mi estado favorito, pues… comienzo con mi llamado fraternal ¨amigoooos…amiiiiiigooooss…AMIIIIIIGOOOOOS! Y logro despertarlos amigablemente.
Juan ya despierto había susurrado a grito herido desde su habitación ¨Chiqui no joda! Deje dormir!!¨, Juanito siempre duerme en un cuarto aparte, ya que su descanso tiene un ingrediente terminal para el sueño de los demás, parece un buque llegando a puerto con sus ronquidos. 

Ya reunidos los tres en una salita afuera de las habitaciones, les dije con tristeza ¨yo no creo que pueda continuar, estoy haciendo un esfuerzo físico enorme y siento que el cuerpo no me da, estoy cansado y sé que si sigo con ustedes, más adelante puedo tener problemas serios y no voy a arriesgarme a quedar tirado en la mitad de la nada y así mismo dañarles el viaje a ustedes¨.




Las personas que han viajado conmigo saben bien que jamás he renunciado a la mitad del camino, pero ese día por primera vez, sentía que no podía ni caminar bien, Javier luego me contó que me miraba callado y pensaba ¨Chiqui debe estar mal para decir eso¨ Juan a su vez, si tomó la vocería y me dijo ¨Chiqui devolverse es una opción válida, pero preguntemos como está el camino a ver si de acá en adelante mejoran las condiciones y logramos llegar¨. Yo la verdad lo miré y pensaba, este tipo está loco!! No sabe como estoy?, ya no eran falta de ganas, realmente no daba más, sentía que ya había realizado bastantes viajes en moto y que mi tarea sobre mi juguetico estaba por terminar.


Al cabo de un buen rato de discusión, Juan insistía en seguir y la propuesta fue: ¨sigamos una o dos horas más, si el camino sigue así; NOS DEVOLVEMOS TODOS Y NO HAY PROBLEMA¨, me di la vuelta… y caminé hacia las motos, saqué la botella de Wishkey que llevaba para celebrar cuando llegáramos a Pto Carreño y desde ese momento literalmente traduzco ese líquido como ¨llave de deseos¨, me tomé un trago grande que me supo a gloria y les dije… ¨HAGÁMOLE A VER!¨.










Después de preguntar, alistamos las motos y retomamos a eso de las 12 del día, allá las personas son amables pero nadie… léase bien NADIE, sabe medir bien el tiempo de acuerdo a las distancias, lo que para unos es a 3 horas, para otros es a 5 y en realidad puede ser a 1 o a 7 horas.

Luego de un par de horas encontramos sabana nuevamente y el ánimo cambió, y esta fue la mejor etapa del viaje, las motos y el cuatrimoto caminaban a buena velocidad, entre 50km/h y 70km/h en algunos momentos, se debe llevar distancia ya que el polvo se levanta con gran facilidad y dificulta la respiración y la visibilidad. 

Después de unas horas llegamos a un lugar llamado Guacacías (Vichada), en el cual no paramos, más adelante como a dos kilómetros, había un cruce grande y allí nos reunimos, Juanito sacó el GPS y la ruta era por la izquierda, tomamos algo de líquido para hidratarnos y nos dijo a Javier y a mí, ¨le voy a dar adelante, si algo los espero y nos vemos por allᨠa lo que respondimos con tranquilidad ¨dele pues!¨.
Juan arrancó y nosotros le dimos el espacio necesario para evitar el polvo que levantaba y retomamos, al cabo de 5 minutos… veo que Javier se detiene intempestivamente y me hace señas de parar, me devuelvo y me da la fatal noticia… ¨Chiqui, su moto está echando humo por el exsosto¨. Paramos unos minutos mientras decidíamos que hacer… intentamos llamar a Juan, pero la señal de celular se había perdido, nos devolvimos a este pueblo donde no hay nada, escasamente un puesto de policía y una que otra tienda, gracias a Dios vimos un letrero que decía ¨llamadas¨ fuimos hasta allá y tenían un celular de esos a los que llamamos ¨flecha¨ con un alambre como de 5 metros pegado a una antena y llamamos, Juan no tenía señal y no sabía de nosotros y así mismo nosotros de él.

Llamé a dos personas en Bogotá que conocen muy bien el tema, Fuji Durán (mi mecánico) y Diego Caicedo (compañero de muchos viajes conocedor del tema), los dos me dijeron lo mismo ¨lave el filtro de aire y siga con cuidado¨. Pues bien… eso hicimos, allá en este lugar no había ni un tornillo, pero de alguna parte sacaron todo para prestarnos y con nuestras herramientas, al cabo de unos minutos la tarea estaba hecha.

Ya estaba anocheciendo y nos dijeron, ES MEJOR QUE DE NOCHE NO SE METAN A LA SABANA (ojo con esto), pero sin saber de Juan y teniendo un destino, arrancamos. Más adelante encontramos en una parte del camino una cajetilla de cigarrillos que seguramente era de Juan y sabíamos que él había pasado por ese lugar.

A eso de las 7 de la noche, nos detuvimos porque me entro una llamada, era Juan!!, se había devuelto a buscarnos, nos habíamos cruzado en algún punto y no sabíamos si estaba adelante o atrás de nosotros, pues la única señal era la cajetilla de cigarrillos vista hacía una hora. Por la conversación, él debería estar más adelante y como no es recomendable circular de noche, la tarea era, seguir a buscar dormida en un lugar seguro. 
Retomamos y en algunos momentos parecíamos un ballet, las dos motos a dos metros de distancia en paralelo para que el polvo que levantábamos no cayera sobre el otro, esa era la única manera de avanzar, nos detuvimos porque a lo lejos se veía la luz roja de una antena de radio o celular, llamamos a Juan y él ya tenía el lugar de descanso y comida, estaba en la escuela rural de Santa Rosalía (Vichada), deberíamos seguir esa luz sin perderla de vista, pues ese era nuestro destino.


Las distancias son enormes, esa luz podría estar a un par de horas, luego de una hora más o menos nos detuvimos a descansar y bien vino otro trago de wihskey para levantar el ánimo y seguir.



Al entrar al pueblo, luego de un buen rato, ya eran como las 9:30pm, vimos gente, nos detuvimos a llamar a Juan y vaya sorpresa!!! Él estaba a media hora del pueblo en diagonal, había tomado otra ruta y la escuela se ubicaba mitad de la sabana.
Es increíble como el ánimo puede irse al piso en unos segundos, el cansancio afloró mágicamente y no sabíamos si deberíamos devolvernos hacia la derecha o a la izquierda. Preguntamos a una pareja y avanzamos, luego de unos metros nos encontramos con dos jóvenes que iban en moto, quienes nos confirmaron la ruta y arrancamos a salir del pueblo, justo saliendo del lugar había una pareja con un niño al lado de la vía, en donde teníamos que desviarnos y al detenernos para preguntar, se montaron en la moto y asustados sin decir ni una palabra arrancaron.



Seguimos las indicaciones las cuales son algo así: ¨por la casa abandonada de techo rojo, métanse a la izquierda, luego pasan dos broches, hay un poste chiquitico que tiene la punta pintada de rojo, en ese punto giren a la izquierda hasta un puente de cemento, luego pasan dos quiebrapatas y en el broche siguiente, giran a la derecha…. De dan derecho y llegan¨ HAAA? Eso??? a las 10 de la noche?? Donde no se ve nada??, pues bien, hicimos todo, parando y alumbrando con las motos en 360° para ver en donde carajos estábamos y solo teníamos la referencia de las luces del pueblo (la planta del pueblo la apagan a las 12 de la noche y si eso pasa, uno pierde la ubicación totalmente), la angustia de no encontrar el lugar hizo que llamáramos a Juan varias veces, en una de esas llamadas me dijo, ¨Chiqui, la policía llamó acá a la escuela y está buscando a dos tipos en moto sospechosos, jajaja deben ser ustedes¨ a lo que le respondí ¨guevón dígales que nos encuentren para que nos lleven a donde está usted o algo, jajaja¨, en ese momento era chistoso, más adelante descubriríamos que no era un chiste.



Ya en un momento le digo a Javier, ¨mano, si no encontramos nada en 10 minutos, nos devolvemos a buscar dormida en el pueblo¨ y me contestó que sí, antes de los 10 minutos, nos detuvimos a mirar la ruta y Javier me dijo ¨devolvámonos, ya no se ve el pueblo, DEVOLVÁMONOS”, yo ni me había dado cuenta, por eso nunca viajo solo.
Al arrancar, por alguna razón (creo que el cansancio hizo lo suyo) en un punto con dificultad cero, perdí el control de la moto y me fui al piso cayendo con todo el peso de mi humanidad sobre el timón de la moto y en ese momento el sonido que uno nunca quiere oír ¨CKACK!¨, me tronaron las costillas, me quedé sin aire y en el piso, en menos de dos segundos; Javier estaba corriéndome y levantando la moto, ¨mano, está bien??¨ con la luz de la linterna en la cara, me quedé unos segundos acostado en la tierra y le contesté que sí, me dolía pero era soportable.
Salimos de allí con la fuerza de un tren, el cansancio y la rabia de haberme caído hacen que irresponsablemente uno no piense ya en nada!!.
Llegamos al pueblo y habíamos acordado llegar al puesto de policía a preguntar en donde nos podíamos quedar a descansar, avanzamos un par de cuadras y vimos a un grupo de 10 policías más o menos reunidos en un lugar con bastante luz, nos acercamos y acá es donde todo en mi mente comienza a pasar en cámara lenta, estando a unos 10 metros de distancia, oigo que la única mujer policía dice: ¨Mi sargento, esos son!! EL DE CASCO BLANCO!¨ (ese soy yo) , en ese momento comienza ella a levantar su arma y me apunta, los otros policías cargan sus fusiles y uno de ellos le apunta a Javier, y él comienza a gritarles asustado ¨CALMADOS, CALMADOOOS!!¨ y al mismo tiempo yo gritaba ¨NO DISPAREN ESTAMOS PERDIDOS!¨, uno de ellos se me acerca apuntándome con su fusil y como en una escena de Quentin Tarantino, mirándome a los ojos y creo que más asustado que yo, señalándome el canguro con la punta del fusil , me dice: ¨QUE TIENE AHÍ? QUE TIENE AHII!!¨, a mi me temblaban hasta los cordones de los zapatos y con mi voz quebrada, les dije, ¨ME VOY A QUITAR EL CASCO, ACÁ LLEVO MIS DOCUMENTOS Y EL TELÉFONO CELULAR¨, comenzamos con Javier a quitarnos los cascos, las chaquetas y a dejar todo en el piso mientras ellos nos miraban, el silencio es terrible, se han preguntado cómo suena el silencio?? PUES SUENA DURÍSIMO! , Sentía que el corazón se salía y pensaba en mi familia, en toda mi vida, en que, de por Dios no se le fuera a salir un tiro a ninguno o nos dejaban como un colador!!, sacamos todo lo que teníamos y la pregunta del sargento fue: ¨USTEDES QUE HACEN ACÁ?¨ y nosotros nos miramos y respondimos, ¨VENIMOS DESDE BOGOTÁ, ESTAMOS CON OTRO AMIGO QUE ESTÁ EN UNA ESCUELA ACÁ CERCA, ESTAMOS DE PASEO¨, los policías se miraban y con cara de rector de colegio uno de los policías nos dice: ¨PASEANDO?? POR ACÁ?? Y EN ESAS MOTOS???....USTEDES ESTÁN LOCOS!!!??, les contamos la historia y luego de unos minutos la calma llegó, muy amablemente nos dijeron que jamás hiciéramos eso de andar por la sabana de noche y que si entrabamos de noche a un pueblo, nos quedáramos allí, eso de entrar y salir de noche está mal, MUY MAL!, (lo cuento como experiencia y para los que no saben aprendan, no cometan el mismo error) fuimos confundidos con todo, menos con gente que está de paseo, ya habían montado un operativo conjunto con el ejército para hacernos un cerco y capturarnos, uno se pregunta… ¨QUE QUEEE??, A NOSOTROS???¨, pues ya ven… así de difícil se pusieron las cosas, la vida le puede cambiar a uno en un segundo; como le dije a la policía, ¨estamos en un mundo difícil, en un país difícil, en una zona muy difícil¨. Y muy bacanes, nos llevaron a un hotel y nos acompañaron hasta la puerta, haciéndonos todas las recomendaciones del caso.



Ya les voy contando el resto.

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